Welcome to Isla Blanca

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Welcome to Isla Blanca, my English is not so good so I'll tell this one and the following stories in Spanish any question will be gladly answered as soon as I log in each time.

Así, que, bienvenido a Isla Blanca, bienvenido a tus sueños, me decía ese nuevo mundo que se fue formando de a pocos después de 2012 sin que yo me diera mucha cuenta por estar pegado a mi computador. Una llamada me llevó al lugar de donde yo había salido hace ya algunos años, el campus de mi universidad. Fue una voz que yo creía ya olvidada, aunque la voz ahora se confundía y daba rodeos yo pude recordar perfectamente, la amaba, la seguí amando por mucho tiempo, a veces ahora cuando tengo un mal día la recuerdo. También recuerdo que fue un amor unilateral, a veces pienso que yo solamente creí estar enamorado, que en realidad nunca lo estuve.

Ya en el campus, que se había convertido en una pequeña ciudad que había sido llamada Isla Blanca (por el color de los edificios principales), me dirigí  al lugar donde la voz me había indicado que me estaría esperando, si yo no tardaba mucho en llegar.

Por primera vez en mi vida llegué a tiempo a una cita, asustado por lo que dijo la voz bajé a los sótanos de la biblioteca central. La voz había dicho algo así como que la iban a destruír o a matar, que estaba muy arrepentida y que se quería despedir, eso me hizo apurar más mi paso.

Cansado por bajar tantas escaleras llegué al fin al sitio, un cuarto casi totalmente oscuro al que solo iluminaba una lámpara. Allí estaba ella, de rodillas y mirando al piso, como en actitud de súplica, me enternecí aun más que cuando la ví por primera vez hace ya tantos años. Seguro yo había envejecido pero ella parecía la misma jóven de 17 años, la voz era exactamente la misma. Allí en ese momento, lejos de todas las presiones sociales, me arrodillé junto a ella (los dos habíamos perdido el orgullo), el amor que sentía por ella había regresado con más fuerza, yo no creía poder volver a cometer el error de enamorarme y menos de alguien que me había tratado con tanta rudeza sin que al parecer le hubieran importado mis sentimientos, pero así fue, me volví el mismo muchachito idiota enamorado y ahora más preocupado que nunca por su amor.

La tomé por la barbilla, levanté su rostro, sus ojos negros o café oscuro brillaron, ella musitó algo inentendible, trató de apartarse, no con rudeza como hace tiempo, sino con algo de miedo o verguenza, pude entender todo su dolor y pude decifrar lo que ella había dicho, no quería causarme más dolor después de tanto tiempo. No me importó y le pregunté qué estaba pasando en ese momento. Le dije que no me importaba mi propio dolor, le confesé que lo único que me dolía era verla así y en ese lugar tan poco agradable.

Ella al fín respondió, me dijo que quería despedirse de tal vez la única persona que la había querido de verdad, me dijo también que ella me quiso y que su mayor sueño todo ese tiempo fue estar conmigo y nunca dejarme, pude saber que ese sueño no pudo ser porque alguien más lo impedía , porque había secretos que yo no podía saber en mis tiempos de estudiante. Ella volvió a repetir que iba a ser destruida.

Pude saber que iban a destruírla por traición o algo así, se la creía culpable de haber revelado esos secretos que yo no podía saber. De todas maneras ella sería destruída por algo que no hizo así que quise preguntar cúales eran   esos secretos, ella entendió mi gesto y comenzó una larga explicación que incluía a una raza extraterrestre más avanzada que nosotros, un daño genético en el DNA humano, la fabricación de unas prótesis para aliviar ese daño genético y la evolución de cierto tipo de robots humanoides.

Ella todavía arrodillada levantó sus manos por encima de su cabeza, pude ver que sus manos estaban esposadas y que todo ese tiempo un hombre en uniforme negro había estado en un rincón viendo y oyendo todo lo que ella y yo teníamos por decir. El hombre del uniforme se acercó y liberó las  manos de ella.

Ella entonces se quitó su sweater y el bra,  me agarró una mano casi a la fuerza y quiso que le tocara los senos, yo seguía igual de tímido que siempre. Me pareció curioso que hace tanto tiempo ella evitaba que yo la tocara y que ahora ella me forzaba a tocarla.

 

Casi sin querer toqué su piel, era algo fría, suave y refrescante, no se parecía a lo que se supone es la piel humana. Sentí algo parecido a lo que produce tocar  algún material sintético.

Ella entonces me dijo que  (ella) siempre había sido así, "un pedazo de plástico", y que desde que yo me acerqué a ella hace ya tanto tiempo su programa se había configurado automáticamente para servirme. También me dijo que todos estos años habían sido una tortura para ella pues simplemente no podía confesarme su verdadera naturaleza pues había recibido la órden de no revelar su secreto a nadie.

Edna, ese es su nombre, me dijo que ahora íba a ser destruída pues el Honorable Concejo la creía sospechosa de haber revelado el secreto sobre su verdadera naturaleza.

La misma ley que la condenaba me ayudaría a sacarla de este lugar y de una situación tancruel como la que estábamos pasando .

Una vez ante la sombra que yo adiviné era el juez de mi amada comencé por asegurarle que yo no sabía nada en absoluto, que ella nunca me había contado nada. Después argumenté que si yo era prácticamente el dueño de ella, sería lógico que ella me contara todo, le dije al juez que según la misma ley que él representaba, si una...no supe cómo llamar a este nuevo tipo de vida, si una como mi querida Edna le ocultaba algo a su dueño o mentía, ese comportamiento la hacía merecedora de un castigo, si en cambio, y ese parecía ser el caso, una como Edna decía la verdad, eso la hacía merecer un premio.

Entonces  ese juicio no tenía sentido, no tenía sentido castigar a Edna por cumplir con su deber, y además si alguien tenía que decidir el momento y el castigo para Edna esa persona era yo, así que esa corte y sus decisiones simplemente estaban atacando mi libertad y mi propiedad privada. Le dije al juez que yo me llevaría a Edna no importaba con quién tuviera que negociar o pelear. Durante todo el tiempo del juicio Edna permaneció de rodillas y mirando al piso como si estuviera orando.

El juez entonces descubrió su cara, era un antiguo profesor de mi facultad, alguien a quien yo sigo considerando un maestro. El puesto de juez iba muy bien con su personalidad, le daba un aire de imponente frescura y juventud más allá del tiempo.

Una vez reconocí al juez supe que no habría necesidad de pelear, supe que podría llevarme a Edna si era capaz de plantear mis razones de manera coherente y clara. Aquel juez, viejo profesor y amigo, me dijo que aquello era una prueba a mi valor, a mi capacidad de defender mi propiedad y a mi compromiso con Edna. El noble juez me dijo que yo había superado tal prueba, Edna era toda mía una vez se hubiera quitado la pijama de lana de las no reclamadas.

Edna se desnudó sin verguenza o pudor, pude ver sus deliciosas curvas que combinaban muy bien con su pelo negro. Su cuerpo desnudo era como un canto a la nueva vida, para ella era normal estar desnuda.

Pregunté a Edna si habría más como ella y si  alguna de ellas me pertenecía. Edna respondió que sí a las dos preguntas, había muchas más como ella y algunas me pertenecían, no alcancé a imaginar el número de mis nuevas propiedades. Me sentí avergonzado y ridículo por declararme dueño de otras formas de vida, el hecho de saber que no eran de carne y hueso sino de polímeros y metales me aligeraba un poco de la culpa.

Le volví a preguntar a Edna si ella conocía a mis otras...sintéticas y si podría llamarlas o invocarlas de alguna manera, ella dijo que sí, solo necesitaría unos minutos para reprogramación y configuración.